En estos tiempos al ver una veleta damos por hecho que la imagen del gallo es parte de la ella, y si nos encontraramos con una sin él, pensariamos que fue tirado por un fuerte viento o de la puntería de algún pícaro niño.
No obstante, originalmente, las veletas no contaban con el madrugador amigo.
Este ave ha sido asociada universalmente a la salida del Sol, por lo que en el cristianismo transmite un simbolismo de luz y resurrección. La costumbre de colocar veletas con un gallo se remonta a la Edad Media.
En el siglo IX, el Papa Nicolás I ordenó que se colocara un gallo, en lo más alto de las iglesias para simbolizar las tres negaciones de San Pedro a Jesús. (San Pedro negó tres ves conocer a Jesús mientas era interrogado por los soldados romanos antes del canto del gallo, es decir, antes de que la noche acabase). El Papa pretendía representar la supremacía de lo espiritual sobre lo material.
Supuestamente el gallo representaría también la vigilancia del clero sobre el pueblo.
Como en la parte superior de los campanarios exisitían ya las veletas, se ataron las aves encima de éstas, que generalmente tenían forma de flecha. Al poco tiempo, se dejaron de usar animales vivos y se crearon las veletas con gallos forjados en hierro.
Debido a esta historia, "las veletas de gallos" han cubierto las agujas de las iglesias durante siglos, tanto en Europa como en América.
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No obstante, originalmente, las veletas no contaban con el madrugador amigo.
Este ave ha sido asociada universalmente a la salida del Sol, por lo que en el cristianismo transmite un simbolismo de luz y resurrección. La costumbre de colocar veletas con un gallo se remonta a la Edad Media.
En el siglo IX, el Papa Nicolás I ordenó que se colocara un gallo, en lo más alto de las iglesias para simbolizar las tres negaciones de San Pedro a Jesús. (San Pedro negó tres ves conocer a Jesús mientas era interrogado por los soldados romanos antes del canto del gallo, es decir, antes de que la noche acabase). El Papa pretendía representar la supremacía de lo espiritual sobre lo material.
Supuestamente el gallo representaría también la vigilancia del clero sobre el pueblo.
Como en la parte superior de los campanarios exisitían ya las veletas, se ataron las aves encima de éstas, que generalmente tenían forma de flecha. Al poco tiempo, se dejaron de usar animales vivos y se crearon las veletas con gallos forjados en hierro.
Debido a esta historia, "las veletas de gallos" han cubierto las agujas de las iglesias durante siglos, tanto en Europa como en América.






